El sagrado corazón

septiembre 17, 2020

1.   Sagrado Corazón de Jesús, Te adoro en la identidad de la personalidad de la segunda Persona de la Santísima Trinidad. Lo que pertenece a la Persona de Jesús, pertenece por ello a Dios, y debe ser adorado con la única y misma adoración que tributamos a Jesús. El no tomó Su naturaleza humana como algo distinto y separado de Sí, sino como simple, absoluta y eternamente Suyo, de modo de ser incluido en el mismo pensamiento que tenemos de El. Te venero, Corazón de Jesús, en cuanto eres Jesús mismo, esa Palabra Eterna, en la humana naturaleza que tomó plenamente y en la que habita plenamente, y por ello en Ti. Tú eres el Corazón del Altísimo hecho hombre. Al adorarte, adoro a mi Dios encarnado, al Emmanuel. Te adoro por soportar aquella Pasión que es mi vida, pues Tú te partiste y rompiste en la agonía, en el jardín de Getsemaní, y Tu contenido precioso se derramó, gota a gota por las venas y los poros de Tu piel, sobre la tierra. Después, te consumiste hasta secarte sobre la cruz, y luego de morir fuiste traspasado por la lanza, ofreciendo lo poco que quedaba de ese inestimable tesoro, que es nuestra redención.

2.   Mi Dios, mi Salvador, adoro Tu Sagrado Corazón, pues ese corazón es la sede y la fuente de todos Tus más tiernos afectos humanos hacia nosotros, pecadores. Es el instrumento y el órgano de Tu amor. Latió por nosotros. Suspiró por nosotros. Sintió dolor por nosotros, y por nuestra salvación. Se encendió de celo fogoso porque la gloria de Dios se manifestara en y por nosotros. Es el canal por el cual nos ha venido todo Su desbordante afecto humano, toda Su Divina Caridad hacia nosotros. Toda Su incomprensible compasión por nosotros, como Dios y Hombre, como nuestro Creador, Redentor y Juez, nos ha venido, y viene, en un único torrente, a través de ese Sagrado Corazón. Sacratísimo símbolo y Sacramento de Amor, divino y humano en su plenitud, realmente me salvaste por Tu divina fuerza, por Tu afecto humano, y finalmente por esa milagrosa sangre con la cual te derramaste.

3.   Sacratísimo y muy amado Corazón de Jesús, estás oculto en la Santa Eucaristía y sufres aún por nosotros. Ahora como entonces dices desiderio desideravi, “con deseo deseé”[1]. Te venero, pues, con todo mi mejor amor y reverencia, con mi ferviente afecto, con mi mayor sumisión y la más resuelta voluntad. Dios mío, cuando condesciendes a sufrir que te reciba, te coma y te beba, y por un momento estableces Tu morada en mí, haz que mi corazón lata con el Tuyo. Purifícalo de todo lo que es terrenal, de todo lo que es orgullo y sensualidad, de todo lo que es duro y cruel, de toda perversidad, de todo desorden, de toda mortandad. Llénalo tanto de Ti, que ni los acontecimientos del momento ni las circunstancias de la época tengan poder de alterarlo, sino que en Tu amor y en Tu temor pueda hallarse en paz.


[1] “Y les dijo: Con deseo deseé comer esta Pascua con vosotros antes de padecer” (Lc 22,15).

Artículos relacionados

UN CAMINO CORTO A LA PERFECCIÓN

UN CAMINO CORTO A LA PERFECCIÓN

Es el decir de santos varones, que si queremos ser perfectos, no tenemos otra cosa que hacer sino realizar bien las obligaciones ordinarias del día. Un camino corto a la perfección. Corto, no por ser fácil, sino por ser pertinente y comprensible. No hay caminos cortos...

leer más
ORACION PARA PEDIR UNA MUERTE FELIZ

ORACION PARA PEDIR UNA MUERTE FELIZ

Mi Señor y Salvador, sostenme en esa hora con los fuertes brazos de Tus sacramentos, y con la pura fragancia de Tus consuelos. Que las palabras de la absolución sean dichas para mí, que el santo óleo me marque y selle, que Tu propio Cuerpo sea mi alimento y Tu Sangre...

leer más